Quiero acorralarte,
en ese espacio donde
solo caben dos personas
acostadas,
robarte del sueño la
cama y tomarte
como nube del paisaje,
pasar sobre mi
uno a uno
cada uno
de tus dedos,
darte la promesa
sincera de que esto
se deletrea con
veneno,
pasara que entiendas
que en mi piel,
en la vieja tela
manchada,
ahi es
donde te espero
He abrazado
y añorado tantas
antiguas humanidades,
a como vos has tragado
oro, zorra de
pelaje y de montaña,
cada cabello tan corto
cada humor
blanco
cafe
cafe
cafe
y no sabes aun
pronunciar el nombre
de Venus,
se te acusa de
vanidad ajena
y belleza deshonrada.
Hoy me gaste los
dedos, trataba de
contar cuantas veces
florecia tu sonrisa,
de tu cuerpo de flor
conte tambien las
hojas marchitas,
que aun en el tallo
verde resisten.
Y recorde que con
esos viejos dedos
es que sentia tus
bruscos petalos,
asperos y hermosos,
al final, eras comestible.
Suave, te arranque
con aquella gubia
de escultor, te
corte tambien,
campo abierto y
cesta de zarzamoras,
pero fuiste tu mi comida.
Se rompio mi azadon
y entramos en verano,
sigo jugando
a verte, con mirada
fria, y tengo en
mis labios tus cabellos,
los cosen, los acallan,
que el silencio castaño
nos mantiene
Y ya son muchas las palabras
que no uso diariamente